Maat es una deidad egipcia cuyo propósito es velar porque la regla impuesta en el mundo al ser creado sea contemplada, observada, respetada.
Y ¿cuál es esa regla? La de RECIPROCIDAD. Cada uno ha de devolver en proporción a lo que le fue otorgado.
Una persona es respetable y "digna de ser recordada y emulada" en tanto y en cuanto el peso de lo que le fue dado sea equilibrado por el peso de lo que dio.
En la mitología babilónica era el Dios Zibanitú quién pesaba el alma de los muertos en una balanza.
Esta concepción se repite en la Biblia en su versión del "juicio final".
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